Crónica, P. BERMEJO - Fotos, LAFORET
FINAL FELICES
Entrada: casi lleno
Tiempo: soleado y de temperatura agradable
Novillada concurso de ganaderías seria y con cuajo.
1º: de Torrehandilla; bravo noble y flojo.
2º: de José Munuera; noble corretón y sin entrega.
3º: de Elisa Lucero; bravo, noble, con fijeza y duración.
4º: de Hnos. González; bravo encastado y flojo.
5ª: de Los Millares; bravo, encastado y con poder.
6º: de Hrdas. De Bohórquez; bravo, encastado y pegajoso.
Juan Sarrión: su primero de salida dio muestras de flojedad. Sarrión le cuidó desde el principio toreándole muy suave y templado, dándole tiempo entre tanda y tanda. Le mantuvo en pie por la suavidad que empleó, en algunas ocasiones embistió andando, y le aguantó los parones. Pero el mérito fue mantenerlo en pie, y además le sirvió para el toreo.
A su segundo, de nombre Licenciado, entraba rebrincado a la muleta, y defendiéndose por el pitón derecho. Por el izquierdo Sarrión no consiguió acoplarse por el continuo derrotar de la res. Echó mano de recursos y tras varios molinetes muy jaleados por el público acabó con él. Su actuación fue muy digna.
Esteban Pérez “El Cuco”: el playero que le tocó en suerte fue un novillo sin fijeza, saliendo suelto de los lances. El Cuco le dejó a su aire sin someterle. La faena no fue limpia, se dejó tocar los engaños en exceso. El novillo iba y venía pero sin entrega. Por el pitón izquierdo rebañaba, y tras una colada que casi se lo echa al lomo desistió.
El segundo de su lote, el de más cuajo del encierro, dio la sensación de tener algo en la vista. El Cuco lo intentó por bajo para domeñar las embestidas en un toma y dame, pero nada más. Le toreó muy despegado y no lo vio claro en ningún momento, sacando la muleta alta y viéndose, a veces, desbordado por las embestidas de Fogonero, que así se llamaba el burel. Novillo para poderle y luego, si se podía, torearle. Su actuación fue buena pero falta de ideas.
Víctor Barrio: vino a por el traje y se lo llevó merecidamente. Con el capote lo recibió de rodillas. El inicio muleteril fue con el pase de las flores. Forjó una faena en un metro cuadrado, dejándole la muleta siempre en la cara. Le toreó por ambos pitones extraordinariamente bien, con suavidad y temple, muy variado desde el principio, obteniendo algunos muletazos con gusto. El novillo tuvo duración y fijeza.
En el sexto, de línea ordinaria, inició su trasteo a pies juntos en el centro del ruedo, pero la condición del novillo no lo dejó estar, siendo la faena un poco embarullada. Le faltó sacarle la muleta por debajo de la pala del pitón y tal vez hubiese sacado más partido, ya que al quitarle el engaño de la cara se revolvía sobre las patas; y claro, estos novilleros no tienen recursos todavía para este tipo de problemas. También influyó que David hizo las faenas muy largas. Finalizó con manoletinas y el novillo acabo rebañando por ambos pitones. Su actuación fue muy digna, tuvo variedad, quietud y temple, y todo lo que hizo fue en torero. Novillero a tener en cuenta.
Tiempo: soleado y de temperatura agradable
Novillada concurso de ganaderías seria y con cuajo.
1º: de Torrehandilla; bravo noble y flojo.
2º: de José Munuera; noble corretón y sin entrega.
3º: de Elisa Lucero; bravo, noble, con fijeza y duración.
4º: de Hnos. González; bravo encastado y flojo.
5ª: de Los Millares; bravo, encastado y con poder.
6º: de Hrdas. De Bohórquez; bravo, encastado y pegajoso.
Juan Sarrión: su primero de salida dio muestras de flojedad. Sarrión le cuidó desde el principio toreándole muy suave y templado, dándole tiempo entre tanda y tanda. Le mantuvo en pie por la suavidad que empleó, en algunas ocasiones embistió andando, y le aguantó los parones. Pero el mérito fue mantenerlo en pie, y además le sirvió para el toreo.
A su segundo, de nombre Licenciado, entraba rebrincado a la muleta, y defendiéndose por el pitón derecho. Por el izquierdo Sarrión no consiguió acoplarse por el continuo derrotar de la res. Echó mano de recursos y tras varios molinetes muy jaleados por el público acabó con él. Su actuación fue muy digna.
Esteban Pérez “El Cuco”: el playero que le tocó en suerte fue un novillo sin fijeza, saliendo suelto de los lances. El Cuco le dejó a su aire sin someterle. La faena no fue limpia, se dejó tocar los engaños en exceso. El novillo iba y venía pero sin entrega. Por el pitón izquierdo rebañaba, y tras una colada que casi se lo echa al lomo desistió.
El segundo de su lote, el de más cuajo del encierro, dio la sensación de tener algo en la vista. El Cuco lo intentó por bajo para domeñar las embestidas en un toma y dame, pero nada más. Le toreó muy despegado y no lo vio claro en ningún momento, sacando la muleta alta y viéndose, a veces, desbordado por las embestidas de Fogonero, que así se llamaba el burel. Novillo para poderle y luego, si se podía, torearle. Su actuación fue buena pero falta de ideas.
Víctor Barrio: vino a por el traje y se lo llevó merecidamente. Con el capote lo recibió de rodillas. El inicio muleteril fue con el pase de las flores. Forjó una faena en un metro cuadrado, dejándole la muleta siempre en la cara. Le toreó por ambos pitones extraordinariamente bien, con suavidad y temple, muy variado desde el principio, obteniendo algunos muletazos con gusto. El novillo tuvo duración y fijeza.
En el sexto, de línea ordinaria, inició su trasteo a pies juntos en el centro del ruedo, pero la condición del novillo no lo dejó estar, siendo la faena un poco embarullada. Le faltó sacarle la muleta por debajo de la pala del pitón y tal vez hubiese sacado más partido, ya que al quitarle el engaño de la cara se revolvía sobre las patas; y claro, estos novilleros no tienen recursos todavía para este tipo de problemas. También influyó que David hizo las faenas muy largas. Finalizó con manoletinas y el novillo acabo rebañando por ambos pitones. Su actuación fue muy digna, tuvo variedad, quietud y temple, y todo lo que hizo fue en torero. Novillero a tener en cuenta.
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