ABANILLA
Se doctoró Antonio Soriano
Se doctoró Antonio Soriano
INFORMA: Pepe Bermejo
Tiempo: agradable y soleado con viento que molestó a los toreros.
Entrada: lleno
Resultado artístico: once orejas
Ganadería: en la cartelería se anunciaba la de Buenavista, pero finalmente saltaron al ruedo cuatro toros de La Dehesilla, corridos en segundo, tercero, cuarto y quinto lugar, y dos de José Luís Pereda, en primer y sexto lugar.
Justos de presentación, pero con romana, nobles y flojos. Todos recibieron un escaso puyazo.
El Cordobés: dos orejas y dos orejas
Pepín Liria: dos orejas y dos orejas
Antonio Soriano: una oreja y dos orejas
El Cordobés: con el capote toreó francamente bien, les lanceó con suavidad y temple. En la muleta continuó con la misma tónica, toreando a media altura para evitar la caída, pero el público casi no le dejó torear en plan serio, y como Manuel tampoco se hace mucho de rogar, dio al público lo que pedía; pases de todo tipo, desplantes, el salto de la rana, cabezazos, etc. Ese toreo efectista le hizo cortar cuatro apéndices.
Pepín Liria: salio como es habitual en él. Se hincó de rodillas en una larga cambiada rematando en el centro del ruedo con media. Ante la flojedad que habían manifestado sus compañeros lo dejó crudo en el caballo. En la muleta les toreó con temple y siempre dejándosela puesta. Como colofón a sus faenas finalizó con redondos, molinetes de rodillas y desplantes propios de un novillero.
La verdad uno se pregunta por qué se marchan estos toreros de contrastado valor y sobrada vergüenza torera.
Antonio Soriano: se doctoró con el toro de nombre “Extremeño”, herrado con el número 80 y perteneciente a la ganadería de José Luís pereda. Soriano sólo pudo dar apuntes de su toreo en el capote, el toro se aquerenció a tablas y Antonio sólo le robó algunos muletazos sueltos, aunque lo intentó. El toro daba un derrote final y no terminaba el pase. Le mató de estocada entera perpendicular. Se le concedió una oreja por su labor.
El que cerró plaza se prestó más al lucimiento; con el capote estuvo extraordinario. En la muleta le fue ganando terreno, le toreó por ambos pitones a media altura. Le pudo sacar varias tandas de mérito. Finalizó con ayudados. A sus dos oponentes les entró a matar con la mano izquierda. Antonio Soriano hace un toreo serio, clásico y muy personal.
Le deseamos mucha suerte.
En banderillas debió saludar su hermano Juan Soriano, por los dos buenos pares que le puso al que cerró plaza.
Tiempo: agradable y soleado con viento que molestó a los toreros.
Entrada: lleno
Resultado artístico: once orejas
Ganadería: en la cartelería se anunciaba la de Buenavista, pero finalmente saltaron al ruedo cuatro toros de La Dehesilla, corridos en segundo, tercero, cuarto y quinto lugar, y dos de José Luís Pereda, en primer y sexto lugar.
Justos de presentación, pero con romana, nobles y flojos. Todos recibieron un escaso puyazo.
El Cordobés: dos orejas y dos orejas
Pepín Liria: dos orejas y dos orejas
Antonio Soriano: una oreja y dos orejas
El Cordobés: con el capote toreó francamente bien, les lanceó con suavidad y temple. En la muleta continuó con la misma tónica, toreando a media altura para evitar la caída, pero el público casi no le dejó torear en plan serio, y como Manuel tampoco se hace mucho de rogar, dio al público lo que pedía; pases de todo tipo, desplantes, el salto de la rana, cabezazos, etc. Ese toreo efectista le hizo cortar cuatro apéndices.
Pepín Liria: salio como es habitual en él. Se hincó de rodillas en una larga cambiada rematando en el centro del ruedo con media. Ante la flojedad que habían manifestado sus compañeros lo dejó crudo en el caballo. En la muleta les toreó con temple y siempre dejándosela puesta. Como colofón a sus faenas finalizó con redondos, molinetes de rodillas y desplantes propios de un novillero.
La verdad uno se pregunta por qué se marchan estos toreros de contrastado valor y sobrada vergüenza torera.
Antonio Soriano: se doctoró con el toro de nombre “Extremeño”, herrado con el número 80 y perteneciente a la ganadería de José Luís pereda. Soriano sólo pudo dar apuntes de su toreo en el capote, el toro se aquerenció a tablas y Antonio sólo le robó algunos muletazos sueltos, aunque lo intentó. El toro daba un derrote final y no terminaba el pase. Le mató de estocada entera perpendicular. Se le concedió una oreja por su labor.
El que cerró plaza se prestó más al lucimiento; con el capote estuvo extraordinario. En la muleta le fue ganando terreno, le toreó por ambos pitones a media altura. Le pudo sacar varias tandas de mérito. Finalizó con ayudados. A sus dos oponentes les entró a matar con la mano izquierda. Antonio Soriano hace un toreo serio, clásico y muy personal.
Le deseamos mucha suerte.
En banderillas debió saludar su hermano Juan Soriano, por los dos buenos pares que le puso al que cerró plaza.